Siete años han bastado para que el club deportivo Rosita Renard se le catalogue como uno de los mejores equipos de la liga comunal. Sin embargo, el club aún no tiene una cancha donde jugar de local, donde entrenarse ni una sede para sus dirigentes.
Por Camilo Espinoza - Gonzalo Pérez
En un verano de hace 7 años se fundó el Club Deportivo Rosita Renard, una de las iniciativas más fructíferas que ha tenido la comunidad en este tiempo. El proyecto respondía a uno de los principales vacíos que tenía la dirigencia vecinal: Había buenos jugadores, pero que debían militar en equipos fuera de la población.
Reunirlos bajo el nombre de Rosita Renard fue tarea promovida fundamentalmente por Nelson Orellana y Adrián Donoso, quienes lograron instalar al primerizo equipo en el 2º lugar de un campeonato nocturno de Peñalolén. Primera participación y primera gran hazaña del club.
El proyecto generó un notable interés en la gente, donde se llegó a incorporar a cerca de 180 jugadores entre todas las series y cerca de 800 hinchas que apoyan frecuentemente al club.
Sin embargo, existía la dificultad que el equipo no podía entrenarse en Ñuñoa, por lo que Sergio Gutiérrez, director deportivo de la comuna y uno de los artífices para el desarrollo del club, logró conseguirse las canchas del Estadio Nacional e incorporar a la escuadra dentro de la liga de Macul, en donde jugaron durante 3 años, para luego trasladarse a la liga bi-comunal entre Ñuñoa y la susodicha Macul.
Es en este mismo torneo donde el equipo obtendría sólo vicecampeonatos, hasta este año, donde la gloria llenó el nombre de Rosita Renard y el título de campeón los llevaría a la competencia nacional organizada por la ANFA (Asociación nacional de futbolistas amateur) y que reúne a los equipos campeones de ligas de todo Chile.
Pero los buenos resultados, en tan poco tiempo, contrastan con la falta de una sede y una cancha donde entrenar y jugar de local.
Según Adrián Donoso, hubo un tiempo en que había sede, pero que por malos manejos y deudas se tuvo que abandonar. Por otro lado, la cancha se le arrienda a una junta de vecinos cercana y el entrenamiento consta de las reuniones de los chicos cuando se juntan a jugar.
El llamado a la gente es seguir apoyando al club, ya que es motivo de unión de los vecinos de la población, pero también decirle a los dirigentes, que se muevan para que el representante comunal del campeonato nacional tenga al menos una cancha y una sede.
Por Camilo Espinoza - Gonzalo Pérez
En un verano de hace 7 años se fundó el Club Deportivo Rosita Renard, una de las iniciativas más fructíferas que ha tenido la comunidad en este tiempo. El proyecto respondía a uno de los principales vacíos que tenía la dirigencia vecinal: Había buenos jugadores, pero que debían militar en equipos fuera de la población.
Reunirlos bajo el nombre de Rosita Renard fue tarea promovida fundamentalmente por Nelson Orellana y Adrián Donoso, quienes lograron instalar al primerizo equipo en el 2º lugar de un campeonato nocturno de Peñalolén. Primera participación y primera gran hazaña del club.
El proyecto generó un notable interés en la gente, donde se llegó a incorporar a cerca de 180 jugadores entre todas las series y cerca de 800 hinchas que apoyan frecuentemente al club.
Sin embargo, existía la dificultad que el equipo no podía entrenarse en Ñuñoa, por lo que Sergio Gutiérrez, director deportivo de la comuna y uno de los artífices para el desarrollo del club, logró conseguirse las canchas del Estadio Nacional e incorporar a la escuadra dentro de la liga de Macul, en donde jugaron durante 3 años, para luego trasladarse a la liga bi-comunal entre Ñuñoa y la susodicha Macul.
Es en este mismo torneo donde el equipo obtendría sólo vicecampeonatos, hasta este año, donde la gloria llenó el nombre de Rosita Renard y el título de campeón los llevaría a la competencia nacional organizada por la ANFA (Asociación nacional de futbolistas amateur) y que reúne a los equipos campeones de ligas de todo Chile.
Pero los buenos resultados, en tan poco tiempo, contrastan con la falta de una sede y una cancha donde entrenar y jugar de local.
Según Adrián Donoso, hubo un tiempo en que había sede, pero que por malos manejos y deudas se tuvo que abandonar. Por otro lado, la cancha se le arrienda a una junta de vecinos cercana y el entrenamiento consta de las reuniones de los chicos cuando se juntan a jugar.
El llamado a la gente es seguir apoyando al club, ya que es motivo de unión de los vecinos de la población, pero también decirle a los dirigentes, que se muevan para que el representante comunal del campeonato nacional tenga al menos una cancha y una sede.
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