Historia de la Población Rosita Renard

Historia de Ñuñoa y la población Rosita Renard


El nombre de Ñuñoa proviene de la derivación o transformación del vocablo mapudungún Ñuñohue, que significa "lugar de ñuños". Cabe hacer mención que el ñuño es una planta originaria del sector de flores amarilla escarlata.

El pueblo de
Ñuñohue recibía tal nombre por encontrarse en el centro de la comarca igualmente llamado. Su ubicación era aproximadamente la que tiene la actual plaza de Ñuñoa. El cacique de este pueblo recibía el nombre de Longomavico o Aponchonique y de el dependían los caciques subalternos Malti y Tocalevi, que eran hermanos.

Don
Pedro de Valdivia repartió entre sus principales compañeros conquistadores los rancherios indígenas. En el territorio que genéricamente se denominaba Ñuñoa se estableció encomiendas en los rancheríos de Apoquindo, Macul, Ñuñoa y Tobalaba. La Encomienda de Macul y Ñuñoa fueron concedidas a don Juan Jofré que posteriormente pasaron a su hijo Luis Jofré, ya en el siglo XVII el pueblo de Ñuñoa no existía como pueblo indígena y la encomienda estaba extinguida. La hermosura de las tierras ñuñoinas, su fertilidad y el regadío que en muchos de sus sectores habían introducido los indígenas, atrajeron desde los primeros momentos la atención de los conquistadores. Por 1546 se empezó a distribuir lotes de terreno relativamente pequeños por medio de concesiones también llamadas chácaras.

Los caminos empezaron a formarse naturalmente desde el momento mismo que se inicia el reparto de la tierra, siendo el de mayor importancia y categoría durante el siglo XVIII, es el llamado "Camino de Ñuñoa" (actual Av. Irarrázaval) que partía de la calle entonces llamada "La Ollería" (hoy Portugal), desde ahí seguía al oriente por lo que hoy es calle 10 de Julio y luego por lo que hoy es Irarrázaval. Llegaba aproximadamente hasta lo que hoy es Av. Ossa.

A fines del siglo XIX el camino de Ñuñoa deja de llamarse camino pasa a Avenida y más tarde recibió el nombre de Avenida Irarrázaval en homenaje a don
Manuel José Irarrázaval, quien es el autor de la ley sobre Comuna Autónoma y firmante del decreto que creó la comuna de Ñuñoa el 22 de diciembre de 1891.

La Fundación de Vivienda y Asistencia Social apoyó la construcción de la Población Rosita Renard, que el año 1955 fu inaugurada en sectores agrícolas de la comuna de Ñuñoa. Fueron construidas 628 casas y sus primeros residentes provenían de diversos sectores de Santiago. También se integraron habitantes de la Población Isabel Riquelme. Entonces se cancelaba un arriendo y posteriormente un dividendo. La Fundación facilitaba frazadas, leña, cocinas y enseres de cocina a las familias que los requerían.
En esos años gobernaba Carlos Ibáñez del Campo, quien puso a integrantes de las fuerzas armadas activos y en retiro a cargo de labores de control y administración de asuntos públicos. Así fue como es nombrado Crescente Pulgar Campos, oficial del ejercito en retiro, como administrador del la naciente población Rosita Renard. Su esposa, la Sra. Gladis Giraud, profesora normalista de varios estudiantes de la Rosita, mantiene vivo el recuerdo de esos años.

Le acompañó al Sr. Pulgar en sus labores de administración, don Ramón Madrid Bustamante, quien oficiaba de auxiliar o asistente de la administración. Para atender los temas sociales, habían dos visitadoras jefes que estudiaban las situaciones de las familias y eran claves para la asignación de las viviendas a las familias. Ellas definían a quien correspondía cada casa. Desde entonces existe el consultorio Rosita Renard al igual que los “kioscos” que aun se mantienen en uno de sus sectores.

Cuales eran las tareas de la administracion:

- mantener el orden
- organizar a la población
- Cobrar los arriendos

En las noches había un nochero que usaba manta de castilla y vigilaba la población. En esos años el único medio de transporte era un microbús : la Bernardo O´higgins número 2 que llegaba hasta la Plaza Zañartu y le hacia la collera al Transantiago de nuestros días.

Las basuras era retiradas en carretones a caballo que eran guardados en Ezequiel Fernández con Las Encinas

De ese entonces data la construcción de la capilla San José, siendo su primer sacerdote Monseñor Eladio Vicuña.

Hechos destacados eran la celebración des “18” que provocaban una gran movilización en la población y generaban lazos sociales y unidad.

Destacado fue el grupo de Los Legionarios, brigada integrada por jóvenes que desfilaban y cumplían labores sociales en la población. Prácticamente todos quienes fueron parte de sus filas recuerdan con orgullo haber sido parte de sus filas. Los uniformes de Los legionarios se confeccionaban con los aportes de empresas textiles

La recuperación democrática de la Junta de Vecinos Rosita Renard, tras años de intervención municipal y de abusos, marca el inicio de una nueva etapa en la vida de la Rosita Renard, que junto a la Coordinadora de Organizaciones Sociales, han comenzado a dar los primeros pasos para mejorar la calidad de vida en nuestro barrio de una zona sur olvidada por las autoridades.

La Unidad de la población nos permitirá superar las dificultades que hoy viven nuestros niños y jóvenes, la falta de trabajo de sus hombres y mujeres y las carencias de nuestros adultos mayores.